"Los delitos internacionales son adjudicados a los crímenes, torturas, desapariciones forzadas y otros ensañamientos sistemáticos perpetrados por los factores del Estado contra el propio pueblo, y no prescriben, los delitos que hubieran cometido las y los integrantes de ocupaciones armadas llamadas subversivas son delitos comunes y prescriben con el tiempo, tal vez por eso quizás no se proceda a la actual ministra de seguridad, entre las víctimas de la dictadura, además, había y hay estudiantes, abogadas y abogados, artistas, docentes, universitarios, profesionales de la salud, madres de desaparecidos, todas, todos eran opositores al accionar del gobierno de paso, y con eso alcanzaba para ser desaparecido, hoy, 24 de marzo de 2024, las y los argentinos estamos separados, huérfanos de la justicia, tenemos un poder judicial protector de los intereses de las corporaciones globales con fuertes adiciones aquí, dejo de lado su apego a la Constitución Nacional y los pactos internacionales.

Estamos agredidos por los ocupantes de la casa de gobierno, alineados con delirios fascistas y las ruinas del control, con un común movimiento hacia quienes gocen por la resistencia a sus abogados económicos, sociales y culturales, y con la decisión de concretar la disolución de nuestra soberanía territorial y política, estamos amenazadas, amenazados de nuestra seguridad, por un aparato represivo estatal liderado por la personificación de prácticas violentas y delitos en la política, ya saben de quién hablamos, estamos espiados por una agencia federal de investigación escopada por militares que estaban en actividad justamente hace más de cuarenta años, además, las patotas usuales, convalidadas por el poder ejecutivo, oscilan en las redes a toda persona que quieran liderar la justicia social o rechazan el desempeño totalitario y obviado de este gobierno, no caigamos en el engaño de la solución violenta ni decimos que nos conviertan en seres odiantes, cargados de resentimiento y deseo de venganza, los que hoy nos gobiernan ofenden estos sentimientos, porque uno no vive sin compasión, atacando a cada uno de nuestros derechos como revancha por los logros alcanzados en esta pandemia, porque no toleran que seamos merecedores de efectividad, a vivir dignamente como lo determina la Declaración Universal de los Derechos Humanos, sostenemos el compromiso de militar por los derechos de las personas y bienes que legítimamente pertenecen al pueblo argentino, que la distribución de la riqueza sea equitativa, con un modelo productivo que respete los derechos de las y los trabajadores, que son las y los verdaderos productores de la riqueza económica y los únicos capaces de proteger nuestros suelos, bosques, agua, aire y biodiversidad de la tierra, es decir, de proteger la vida misma, la nuestra, el acceso y disfrute de los bienes comunes sea para todas y todos, y no solo para la gente rica, la dueña del capital y del mercado, que el arte y la cultura sean bienes de permanente crecimiento para beneficio del pueblo, que las políticas sociales sean tan efectivas para que ningún argentino ni argentina se vea empujado al delito para sobrevivir, que la disminución emocional y sexual de la juventud y de la adolescencia sea debida con políticas simpáticas, integrales y humanitarias, que la educación forme ciudadanas y ciudadanos solidarios y con conciencia social, que la atención de la salud pública gratuita sigue a todas las personas de todos los rincones del país sin discriminar condición alguna, que las y los gobernantes atiendan la voz del pueblo y que nuestra soberanía en Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, no se negocia, que nuestra libertad es alimentarnos con lo que nosotros necesitamos y elegimos, no solamente lo que nos deje comer la oferta del mercado global, que la libertad de cocinar, bañarse, calefaccionarse, trasladarse, etc., sea con tarifas razonables porque es energía propia, y estas libertades no son negociables ni transferibles, porque son derechos humanos.