Y los domingos por la tarde, no están solos, hay juntada literaria alrededor de la mesa habitual del hogar, donde la lectura de textos literarios se transforma en una acción terapéutica del encuentro con el otro y un laboratorio donde surgen  en la tarde de un domingo que parecía siniestro, hadas, musas, algún que otro fantasma y la química que surja libremente, la cual será aceptada en la ronda según su propio verbo, cuerpo-alma…

Es en el Barrio El Silvio, y como cada rincón del planeta, para la gente con mucha experiencia de vida, que no encuentra el espacio acorde a ese maravilloso acto de leer y ser escuchado, de intercambiar poesía, de pensar el relato de Cortazar en Rayuela, por ejemplo.

Vicente Aiello nació un 8  de Mayo de 1940... Y el contenido del libro acompaña, entretiene, hace pensar (acción poco practicada por muchos) es, en síntesis, la manifestación escrita de seguir aprendiendo a vivir y dejar testimonio de algunas cosas que es mejor leerlo en silencio.  

Todos los presentes  intercambiaron opiniones de mi visita y contándome sus intervenciones en la Maratónica de Poesía, un encuentro en la zona sur que promovía el descubrimiento regional de escritores, una vez al año-recordaba  Estela- creadora de antologías, lectora, tallerista.

Los talleres literarios siempre los tiene presente, y es el objetivo, consolidar los Talleres como una cita constante para consolidar una movida cultural en la zona Sur, ahora que es tan difícil el traslado.

 Mirta cierra la vuelta a la mesa, comentando la anécdota de una trabajadora que nunca escribió y luego de compartir, relato de un solo tirón, sin levantar el lápiz, en esos block de papel, tan dramáticos cuando quedan en blanco, toda una historia de la fábrica; y la emoción quedo en la memoria de ese domingo. Nos volvemos a encontrar el sábado 29 a las 4 de la tarde, y que sea el comienzo de un nuevo capítulo.

23-10-22  / Marcelo López