Inmediatamente escribí una editorial, nerviosa, angustiada, lloraba porque no entendía nada, me acuerdo que puse ¿Cómo que te fuiste? Vos tenías que ser mi próximo presidente….
En fin, después vino el velatorio en la Casa Rosada y los detractores del poder económico y mediático que, como siempre comenzaron a sembrar dudas sobre su muerte, a decir disparates de una magnitud nunca antes vista mucho peores que “viva el cáncer”; hasta denunciaron a Cristina Fernández de haberlo matado o pasamos a escuchar decir a la Sra. de los almuerzos, muy suelta de cuerpo que no estaba en el ataúd porque era más chico que lo que el medía…. Estimada “Sra.”- si se le puede llamar así- ¿Ud. sabe cuánto él medía políticamente? ¿Lo enorme que era su altura, que el pueblo (menos los ricos obvio) lo amaba y lloraba su pérdida con lágrimas auténticas de dolor?
¿Tanto les costaba admitir que Uds. no le llegaban ni le llegarán nunca a los talones?
Lo que ocurre es que para Uds. el amor del pueblo, el reconocimiento que tenia como estratega y haber sacado a la Argentina del default, no tiene ningún valor. Para Uds. lo único que vale es el dinero que ganan explotando a la gente, mintiéndoles o endeudándolos, como ahora lo está haciendo este gobierno de Mauricio Macri tan neoconservador.
No sabemos cómo hubiera seguido la historia, lo único que sabemos es que Cristina continuó el proyecto que juntos soñaron desde su juventud cuando militaban en La Plata y luego allá en su querido Calafate, siendo luego, ella, reelecta y dejando su mandato con una plaza llena como no se veía desde la época de Eva y Perón.
Querido ex presidente, yo soy apenas una habitante más de esta Argentina, que simplemente quiere hacerte llegar donde quiera que estés el siguiente mensajito: acá en este mundo terrenal no te olvidamos y cuanta falta nos hace un líder político de tu talla, para volver a creer que no todo está perdido, (si bien todavía tenemos a Cristina)
Aunque a muchos no les guste, Uds. fueron los mejores gobernado el país desde que recuperamos la democracia en 1983, con sus aciertos (que fueron muchos) y sus errores (que no fueron tantos). Aunque existan traidores, muchos judas y corruptos, yo prefiero recordarte así, sonriendo y dándonos fuerzas para continuar viviendo defiendiendo los colores de la Patria. Gracias por demostrarnos que se puede enfrentar al enemigo, el cual siempre está al acecho, esperando ver como puede esquilmar al pueblo trabajador. Hasta pronto “Pingüino”.